septiembre 30, 2013

Algunas fotos de Los Cabos, Sesentas, Setentas y Ochentas.

  Los que me conocen saben que viví en Los Cabos trece años seguidos, luego cuatro más de forma intermitente. En ese tiempo cada que veía publicada una foto antigua de la zona la guardaba, esto con el fin de tener una memoria gráfica de cómo ha sido el avance físico de ambas poblaciones. Las fotografías proceden de los periódicos que se publicaban allí en ese tiempo, de revistas y de algunos libros. Esto que ves, por increíble que parezca es lo que conocemos como Marina Cabo San Lucas. Notarás que había una pista de aterrizaje, y que había, igual que en San José un estero, razón por la cual, cada vez que llueve con intensidad se inundan las calles por el rumbo del Squid Roe, pues esa es la bajada natural del agua.

  En los ochenta el evento de la Baja Mil era el de mayor difusión, notarás en este anuncio espectacular el primer logotipo que tuvo la Secretaría de Turismo.

  Foto de los años setenta, cuando había pocas cosas en Cabo San Lucas, entre ellas el Hotel Camino Real que era lo único que había en la Playa del Médano. La marina aun no se trazaba, el estero se mantenía. Ahora sabrás por que, a un lado del Villas del Palmar sobrevive una pequeñísima parte de lo que fue este cuerpo de agua dulce.

  La pesca del Marlin fue siempre el principal atractivo de la zona, ya desde los años cincuenta se comienza a saber, en los Estados Unidos, de la abundancia de estos "big fish", de ello John Steinbeck, escritor norteamericano y Premio Nobel de literatura, da cuenta.

  Quienes trabajamos en el Aeropuerto cuando aun podías ver desde el bar a los pasajeros descendiendo del avión nos era familia "La Palmlla", modo de referirse al que ahora es One&Only Palmilla. Aquí cuando ese hotel tenía solamente una docena de habitaciones.

  Todos los nativos recuerdan el chubasco de 1993, cuando en la recién inaugurada carretera de doble carril el puente de El Tule colapsó.

  Si mal no recuerdo esta foto pertenece a las del Señor Payén, esta es una toma hecha desde el Mirador apuntando hacia el este, lo que vemos es la playa en donde hoy vemos, entre otros La Joya.

  En esos años ochenta nadie imaginaba que en esta playa se volvería uno de los terrenos más caros de todo México.

  Este era Cabo San Lucas al finalizar la década de lo sesenta, estas construcciones serían removidas pues allí se construiría la Marina. El Pedregal aun no se trazaba.

  Una vista aérea de Cabo San Lucas a mediados de los años ochenta, la Marina ya estaba en operación.

  Todo este andar de gente era sobre la rústica pista de aterrizaje de Cabo San Lucas.

  Creo que esta fotografía no corresponde a Los Cabos, parece que se ven unos islotes, ¿tú que piensas?

  Desde lo que luego sería el hotel Finisterra, así se veía el pueblo de Cabo San Lucas
  En los ochenta ya había una conciencia ecológica, o, en todo caso, se sabía del poco abasto de agua.

  La flecha apunta a lo que era el Hotel Camino Real.

  Uno de los eventos con los que se impulsaba la difusión de Los Cabos como destino turístico fue esta Regata Internacional.

  Aquí fue en donde se ubicó la Marina de Cabo San Lucas.

 Ya para finalizar los setentas el dique que llenaría la Marina de agua salada se había abierto, el Camino Real pasaría a ser el Hotel Hacienda.

 A la derecha vemos la Empacadora de Atún Pando.

  Otra de las bellas fotos del Sr. Payén, la Bahía de San Bernabé, es decir, lo que conocemos como la playa de San José del Cabo.

Una toma desde lo alto de la Bahía de Cabo San Lucas.

  A la derecha destaca la torrecita del Palmilla.

  La playa del Médano antes de que se construyera el hotel Meliá San Lucas, lo que hoy se llama el Me.

La Marina de Cabo San Lucas cuando ese evento de la Regata Internacional de 1989.

  Esta me parece una de las fotos más sorprendentes que hay de San José del Cabo, es también del Sr. Payén, se trata de "la palama cuata", creo que lo demás lo reconoces.

El puente de El Tule, trozado a la mitad. Cuando el chubasco de 1993.

  La recién inaugurada doble carril de San José a San Lucas luego del chubasco de noviembre de 93, a la altura de lo que hoy es el Club de Playa del Club Campestre San José. Seguramente habrás visto que allí hay un arroyo que regularmente está seco, pero, cuando llueve, esto es lo que pasa.

Esta foto la tomé del libro Lost Cabos del señor Jackson, me sorprende ver esta asta-bandera y no ver la palmera cuata. Está tomada en dirección sur por el boulevard Mijares, en donde ahora están los héroes cabeños. La toma parece ser de 1968.

La pista de aterrizaje que tenía Palmilla.

El afamado hotel Cabo San Lucas, mejor conocido como El Chileno, por cierto ¿sabes por qué esa playa se llama así? La razón es increíble, esa historia la puedes leer aquí.

 Este era el "Puerto Palmilla".

Y que llega la modernización y adiós cerro...

Uno de los tantos chubascos que pasaron por la zona...

Notarás el terreno baldío del lado derecho, ahora ahí esta Mega y todo lo demás.

Del Aguamarina no quedó mucho, por no decir que nada... pues se quemó.

septiembre 24, 2013

2003: Cuando filmaron Troya en Los Cabos.

   En realidad en el mundo las cosas nunca han estado bien, esto en términos de paz. Cuando no es una guerra interna, es una guerra entre dos naciones o entre varias. En esto que llevamos del siglo XXI y la última década del XX, los conflictos internacionales se han centrado en el Oriente Medio. Esta fue la razón por la cual, de pronto, cuando estábamos a mitad del 2003 nos llegó la noticia de que, la filmación de la película Troya, encabezada por Brad Pitt, se haría en Los Cabos. En realidad se continuaría, pues la película llevaba ya varios meses de filmación en la isla mediterránea de Malta pero, ante las amenazas de posibles sabotajes, los productores buscaron un escenario alterno, que fuera parecido al de Malta para continuar la filmación, fue así que nos llegó la noticia: "la filmación de Troya se hará en Los Cabos".

   Y, al modo, comenzaron las especulaciones. Que si se hospedarán en tal o cual lugar, que si la derrama económica, que si el cattering, que si los servicios de transportación, en fin, los rumores fueron muchos y la realidad fue otra. El cuerpo mexicano, la fisonomía, no encuadraba en el tema de una guerra mediterránea, por lo tanto las docenas de cabeños que se veían ya triunfando en Hollywood pasarían no a un segundo, sino a un tercer o cuarto plano para que, en pantalla, atrás de las estrellas, aparecieran los búlgaros.

   Una noche, casi madrugada, la paz de San José se rompió ante el estruendo de los motores de un avión no del todo común en esta parte que aterrizaba, era, dicen, de bandera rusa, los pasajeros, todos hombres, habían sido contratados -dicen- en los varios gimnasios de Sofía, se requerían  rasgos entre mediterráneos y árabes, se requería de cuerpos atléticos, preferiblemente desarrollados, y se requeriría de intérpretes pues los 350 extras que llegaron en ese avión a pasar tres meses en el calor del verano cabeño, hablaban solamente su lengua: el búlgaro.

   En un pretendido Infonavit con vista al mar, por el rumbo del Da' Giorgios, que un año antes fue convertido en bunker de la PFP para hospedar a más de dos centenas de agentes de seguridad que para APEC llegaron, esta vez, el lugar fue acondicionado para albergar a todos los extras búlgaros. El sitio fue transformado, además de dormitorio, en gimnasio para que los búlgaros siguieran con sus rutinas calistécnicas. Mientras, en un lugar de El Pedregal, se alistaba una residencia con vista espectacular para que allí viviera la estrella de la película. Mientras que la truppè, es decir, el equipo técnico de filmación se alojara, -si mal no recuerdo- en el Villas del Palmar, cuando éste hotel tenía solamente dos fases construidas.

   Dos amigos y, al menos, cinco conocidos participaron como extras, todos se quejaban de cosas que uno no imagina puedan suceder en este tipo de actividades, una de las quejas era que el atrezzo, es decir los disfraces que tenían que usar eran hechos de plástico y, a los 40 grados de temperatura reinante en las dunas del Faro Viejo los volvían insoportables; luego vendría la queja mayor: Por exigencias de la producción todos los extras deberían usar un tipo determinado de calzoncillo, el cual la propia productora proporcionaba, solo que, -eso me lo contaron- los calzoncillos no eran lavados y al día siguiente tenían que tomarlo de una montón que se acumulaba al terminar cada día de filmación... luego vendrían los problemas económicos.

   Recuerdo que, todas las tardes, al pasar frente al Da Giorgios había un montón de búlgaros pidiendo aventón para ir a Cabo San Lucas, luego me enteré de que en el Squid Roe, sitio en el que no se cobra la entrada, implementaron una cuota "búlgara" pues estos jóvenes se pasaban largas horas en el local y no consumían, poniendo en práctica aquello de que "business are business". En la marina se veían montones de ellos en pláticas imposibles de entender pues su legua no es nada accesible. De pronto sucedió que ellos organizaron una especie de bloqueo, por si no fuera suficiente con los absurdos bloqueos de taxistas, ahora sucedería uno de búlgaros que se quejaban del mal trato que recibían y, sobre todo, de lo poco que les pagaban. Me dijeron, insisto, me lo dijeron, yo no lo vi; que ellos venían contratados con una suma determinada, pero que estando aquí les comenzaron a aplicar descuentos por alimentos, por alojamiento, por transporte... al final recibían la mitad de lo prometido.

   Más las cosas no terminaron allí. Sucedió que, como todavía no estaba totalmente declarado el cambio climático, en Los Cabos los huracanes se iban alternando, esta vez tocaba uno, y le tocó justo cuando estaban los días de filmación, así que, debieron ser suspendidas. Dicen -insisto, dicen- que el tiempo se aprovechó para hacer filmaciones interiores, en los improvisados estudios que -dicen- había en uno de los hoteles de la zona.

  Sabemos de sobra que el cine tiene una magia, esa magia no es tal, esa pretendida magia no es otra cosa que las nuevas tecnologías y la digitalización, así que, de lo filmado en Malta y en Los Cabos, se procedió a la post-producción y el producto salió al mercado: la nueva película de Brad Pitt que recaudó un montón de millones de dólares. Los búlgaros se fueron, creo que dos de ellos dejaron descendencia -eso también me lo dijeron- los estudios se desmontaron, las dunas del Faro Viejo, como el ejido las había cerrado, dado que las rentaron para la filmación, no volverían a ser usadas por los tours en cuatrimoto, estos se tendrían que ir a Migriño y, las dunas serían vendidas a una prestigiosa cadena hotelera que construiría luego casas, campo de golf, un hotel y el panorama de Los Cabos cambiaría. Troya se volvió solo una anécdota para todos quienes vivimos ese tiempo en ese lugar.

 La magia de la digitalización...

 La post-producción, ni en Malta, ni en Los Cabos, ni en Hollywood, en Italia.

 Y ahora, los turistas cuando postean sus  fotos en los varios sitios anotan "aquí se filmó Troya".


Los Extras Mexicanos: