Vivimos en un lugar privilegiado en donde la belleza salta a cada paso. El clima es benigno durante el invierno y la primavera, parte del otoño también lo es. En el verano la temperatura aumenta, llegando a ser en ocasiones hasta de 40 o más grados, pero eso, a final de cuentas, es lo que nos hace valorar aun más el preciado don que tenemos aquí.
Esta punta sur de la península de Baja California es de las pocas zonas en donde hay agua, base de la subsistencia humana y esto no es novedad, hace ya varios siglos, cuando aun no se fundaba un pueblo con el nombre de San José del Cabo, en las cartas de navegación ya aparecía un lugar que lo marcaba como meta a llegar, luego de seis mese de navegar por el Océano Pacífico desde las Islas Filipinas con destino a Acapulco, era aquí donde la Nao de China hacía su escala, en la llamada "Aguada Segura"que no era otra cosa que el estero.
Hubo pueblos originarios, se dice, que de aquí. Pericúes se les llamaba. Vendrían luego los europeos que, dirigidos por los infatigables padres Jesuitas comenzaron a poblar la región y a dar paso a los asentamientos que hoy día siguen vigentes, uno de ellos San José del Cabo, otro Santiago de los Coras, y así uno a uno se fueron creando esos conglomerados humanos que comenzaban a tener su identidad propia pero que, al final, eran mezcla de gente venida de distintos rumbos que, por algún motivo, decidieron establecerse aquí.
El mar, abundante en vida que rodea a esta punta sur de la península Bajacliforniana ha sido catalogado como "el acuario del mundo", es meta final de grandes migraciones que de cetáceos ocurre cada año y todo esto, en buena medida, es la herencia que recibimos quienes aquí vivimos pues fue la punta de la lanza que provocó que ya para la década de los años cuarenta del siglo XX se consideraba a esta región como algo privilegiado y un destino para conocer y disfrutar.
Al paso del tiempo y con las políticas gubernamentales se implementó un orden en el desarrollo de lo que ahora conocemos bajo el nombre técnico de "Centro Integralmente Planeado". Esto quiere decir que ya para los años setenta del siglo XX se dieron los primeros pasos para ordenar el crecimiento de la población y generar un sitio en el que los paseantes del mundo encuentran una parte de nuestro planeta tierra lleno de bondades, especialmente lleno de una abrumadora naturaleza la cual, en nuestro planeta cada vez es más difícil de encontrar en su natural belleza y eso aquí abunda.
Se dice que fue en abril 1994, cuando la apertura del Hotel Westin Regina, se puso el nombre de Los Cabos en la geografía turística internacional y, desde entonces, son muchos los esfuerzos tanto gubernamentales como de la gente nacida aquí y, sobre todo, de los ya miles de mexicanos que, en busca de una mejor vida y un empleo mejor remunerado decidieron establecerse aquí. En tan solo 20 años la población tuvo un impresionante crecimiento, pasó de 20 mil a 160 mil habitantes y ese crecimiento seguirá por varios años más.
Es el momento en que tú, y yo, tus hijos, tus padres, tus amigos, tus vecinos, tus jefes o tus colaboradores pensemos con prudencia hasta dónde queremos llegar y qué es lo que queremos hacer de Los Cabos. Mantener un crecimiento en orden, con reglas, respetando las leyes y, sobre todo, respetándonos unos con otros, lograremos lo que todos queremos: mantener un excepcional lugar para vivir, como lo es Cabo San Lucas y San José del Cabo. Ese crecimiento puede llegar a ser armónico si mantenemos el orden y el respeto.
Como ejemplo tenemos que, luego de intervenir incluso especialistas de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, el Estero de San José llegó a ser una verdadera vergüenza a punto de desaparecer. Administraciones municipales llegaron y se fueron, tres de ellas no hicieron mucho, mejor dicho, no hicieron nada, finalmente todos nos dimos cuenta de que si todos colaboramos se pueden lograr cosas tan sorprendentes como lo que hoy vemos. Un lugar sano, limpio, digno, que nos sirve para el descanso y la reflexión y para pasar en familia un agradable domingo.
Son muchos los problemas que enfrentamos en nuestras crecientes poblaciones, hemos perdido los valores. Los jóvenes, inquietos, no reciben la educación necesaria en sus casas y luego a la sombra de las plácidas noches cabeñas o josefinas, sale a pintar, a rayar, a hacer eso que solo daña, entorpece y, sobre todo, hace gastar dinero innecesariamente al "grafitear" paredes impunemente.
Tenemos un serio, severo problema de conciencia ecológica. Hemos rebasado totalmente el límite de respeto que con la naturaleza debemos tener. La basura está presente en todos lados y es una constante. Las constructoras dejan basura, los paseantes dominicales dejan basura... La basura nos agobia, es un problema que si no dentenemos ahora, materialmente nos ahogará dentro de poco. El transporte es otro problema, llámese de la modalidad que sea sigue siendo un tema pendiente que debe ser completamente solucionado ya.
Los Cabos es una zona de belleza inaudita que debemos cuidar. Es el lugar que elegimos para vivir y si tú y yo y él y todos juntos no lo cuidamos, este paraíso simplemente lo dejará de ser. Es por eso que yo voy... por Los Cabos!
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